Testimonio de Gisela sobre el curso de Meditación

Un encuentro maravilloso conmigo. Fue una experiencia movilizadora, una puerta hacia mis dimensiones poco conocidas, o más bien poco vivenciadas, me descubrí muy amplia. Que grandioso me pareció entregarme a lo que surgía… y en una oportunidad me experimenté como niña pequeña llorando y riendo, percibía como brotaba el movimiento en distintas zonas de mi cuerpo y se desplazaban como en ondas hasta que se expresaban en la garganta, en potente llanto, y que placer poder llorar de esa manera, expresar ese movimiento, liberarme del dolor de ahogar la expresión obturando la garganta. Y lo mismo con la risa! Viví el momento en que risa y llanto no son cosas distintas. Sentirme un infante mientras al mimo tiempo lo observaba, era el infante y el observador.
Sentí la transformación del cuerpo, desde mi sensación habitual de cierta rigidez y de cansancio, que “hace” movimientos, hasta un cuerpo que fluye, con una agradable soltura, que permite al movimiento expresarse, ya no “hace” sino que “permite” que se haga, que se manifieste una energía viene desde el interior… maravilloso. Y con ello la sensación de VIDA, y un tremendo alivio de dejar de hacer esfuerzo porque el esfuerzo no es necesario, no hacía falta!
Comparto con ustedes estas dos sensaciones, hubo muchas más! Unas intensas otras muy sutiles, y todas hermosas, aún en profundo dolor fue, al mismo tiempo, hermoso y sanador. Por supuesto, sigo practicando con las técnicas, sigo explorando mis dimensiones, las que más me gustan son la Kundalini, todas las de los chakras, no dimensiones y llanto risa y silencio, y estoy incursionando en la Devavani. Aunque las 11 son herramientas muy poderosas.
Gracias, muchas. Un abrazo.
Gisela

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