Felicidad, tristeza, celebrar la vida y la muerte – Por Osho

Mientras estés conciente, disfrutá tu conciencia, y mientras estás inconsciente disfrutá tu inconsciencia. no tiene nada de malo, porque la inconsciencia es como un descanso, si no el estar conciente se convertiría en una tensión. Si estás despierto veinticuatro horas, ¿cuántos días creés que podés sobrevivir? Sin comida un hombre puede vivir tres meses; sin dormir, en tres semanas se va a volver loco y se va a querer suicidar…Durante el día estás alerta, durante la noche te relajás, y esa relajación te ayuda para que durante el día estés más alerta, fresco otra vez. Las energías pasaron por un período de descanso, entonces en la mañana están más vivas de nuevo.
Lo mismo pasa con la meditación: por unos momentos estás perfectamente conciente, en la cúspide, y por unos momentos estás en el valle, descansando. La conciencia desapareció, te olvidaste; pero, ¿qué hay de errado en eso?
Es simple: por medio de la inconsciencia, va a surgir la conciencia otra vez, fresca y joven. Y esto va a continuar. Si podés disfrutar de las dos, vas a llegar a ser el tercero y este es el punto que hay que entender; si podés disfrutar de ambas, quiere decir que no sos ninguna de las dos -ni conciencia, ni inconsciencia- sos el que puede disfrutar de ambas; te penetró algo del más allá.
De hecho, este es el verdadero espectador. La felicidad la disfrutás, ¿qué hay de malo en eso? Cuando la felicidad se fue y te pusiste triste, ¿qué tiene de malo la tristeza? Disfrutála. Una vez que seas capaz de disfrutar la tristeza, entonces no sos ninguna de las dos cosas.
Y te digo esto: si disfrutás la tristeza, va a tener su propia belleza. La felicidad es un poco hueca, se queda en la superficie. La tristeza es como una noche oscura, muy profunda. La oscuridad tiene su propio silencio y la tristeza también. La felicidad es burbujeante, tiene un sonido, es como un río en las montañas; se crea el sonido. Pero en las montañas un río nunca puede ser muy profundo; siempre es hueco. Cuando llega a la planicie, llega a ser profundo, pero ya no hay sonido.Avanza como sin moverse. La tristeza tiene su profundidad.
¿Por qué crear problemas? mientras estés feliz, estáte feliz, disfrutalo. No te identifiques con la felicidad; cuando digo que seas feliz, quiero decir que lo disfrutes. Dejá que sea como el clima, que pase y cambie. El amanecer se convierte en día, el día en atardecer y después viene la noche. Dejá que la felicidad sea el clima alrededor tuyo. Disfrutala, y cuando venga la tristeza, disfrutala también. Te estoy enseñando a gozar en cualquier caso. Sentáte en silencio y disfrutá la tristeza, y de repente, la tristeza ya no es más tristeza; se transformó en un momento de silencio y de paz, bello en sí mismo. No hay nada de errado en eso.
Y después viene la última alquimia, el punto donde repentinamente te das cuenta que no sos nada de eso -ni la felicidad, ni la tristeza. Sos el observador: observás las cumbres, observás los valles; pero vos no sos nada de eso.
Una vez que llegás a ese punto, podés empezar a celebrar todo: celebrás la vida, celebrás la muerte.
Osho, del libro «Meditación, la primera y última libertad»

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